martes, 24 de marzo de 2015

Principios del ballet. Parte II

Algunas ilustraciones del libro de Carlos Blazis “Tratado elemental, teórico y práctico del Arte de la Danza”, publicado en 1820 en Milán y que junto con otros escritos de Blazis compendian 200 años de técnica de danza académica. Charles Didelot, nacido en Estocolmo, alumno de Noverre, Dauberval y Vestris, llega a Rusia en 1801. Reorganiza el sistema existente en San Petersburgo combinándolo con la enseñanza francesa. Petipa comienza a trabajar en San Petersburgo en 1847 para, a partir de 1869 asumir la función de maestro de ballet en jefe hasta 1903. Milán era un centro importante del ballet, allí Carlos Blasis crea la “barra” y enseña a usar de ella a fin de facilitar el aprendizaje y perfeccionamiento de la Danza Clásica, corría el año 1855.

En 1890 se comienzan a ver frutos del trabajo en Rusia y de allí se proyectará el ballet a toda Europa en donde para 1900 se había estancado. En San Petersburgo, Marius Petipa crea la coreografía de “La Bella Durmiente” (1890); el libreto de “Cascanueces” y su asistente Lew Iwanow la coreografía cuando Petipa enferma y por último en 1895 ambos crean la coreografía de “El Lago de los Cisnes”. Las tres obras con música de P. I. Tchaikovsky y piedras angulares desde entonces hasta la actualidad en toda compañía de prestigio. Fokine retoma la línea de J.G.Noverre en cuanto a la pureza de la danza y le imprime nueva energía al ballet de Occidente.


Sergei P. Diaghilev reúne su famoso “Ballets Russes de Diaghilev” y los ballets presentados por esta compañía así como el nombre y obras de los bailarines, coreógrafos y músicos perduran en el presente en los principales teatros del mundo.


Hacia 1920 el ballet se extiende a toda Europa y América. Surge la danza moderna, nace el ballet en Inglaterra. En la década del 40 se fundaron el American Ballet Theatre, y el New York City Ballet en Nueva York. En la segunda mitad del siglo XX, las compañías rusas hicieron representaciones en occidente que produjeron un impacto enorme por su intensa expresividad dramática y su virtuosismo técnico.

La influencia rusa sobre el ballet es enorme: Rudolf Nureyev, director artístico del Ballet Ópera de París desde 1983 hasta 1989, Natalia Makarova, Mijaíl Bartshnikov, director del American Ballet Theatre desde 1980 hasta 1989. El repertorio del ballet actual ofrece una gran variedad. Los bailarines intentan constantemente ampliar su nivel técnico y dramático. Nacen constantemente nuevos ballets que son recreaciones de antiguos con montajes novedosos.

La danza moderna, que ya se había iniciado a finales del siglo XIX, comenzó a desarrollarse en EEUU y Alemania entre los años 1920 y 1930. Los bailarines estadounidenses Martha Graham y Doris Humphrey y la alemana Mary Wigman rompieron con el ballet tradicional para crear sus propios estilos. Marta Graham desarrolla una técnica tan codificada como la danza académica. A este tipo de danza se le conoce como “Danza Moderna o Contemporánea”, y si bien cabría mencionar a otros coreógrafos, ella ha sido una de las personalidades del siglo.

El vocabulario del movimiento en el ballet se amplió con la danza moderna en movimientos que los bailarines producen acostados, sentados y con el uso del torso. Luego de años de antagonismo, la danza moderna y el ballet clásico borran las fronteras y es el mismo bailarín el que baila ambos estilos, hablandose de un “teatro danzado”, concepto nuevo pero ya tratado por Jean George Noverre en 1760 en su libro.

El hecho de poseer una técnica académica sólida permite bailar cualquier danza aprovechando al máximo este maravilloso y complejo instrumento: el cuerpo humano.




(http://www.danzaballet.com/historia-del-ballet/)

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